En algunas aulas de Centro Educativo se realizan masajes pasivos faciales, ya que son una herramienta terapéutica beneficiosa para nuestros alumnos.
Promueven la relajación y mejoran el bienestar emocional.
A través de una estimulación suave de áreas específicas del rostro, como la frente, las mejillas, las mandíbulas, alrededor de los ojos, etc. ayudan a reducir la tensión y la ansiedad.
Para las personas con autismo, que a menudo experimentan hipersensibilidad o dificultades en la regulación emocional, el contacto táctil suave de un masaje puede proporcionar una sensación de calma y seguridad, promoviendo una conciencia de las sensaciones de su rostro.
Así mismo algunos ejercicios contribuyen a activar algunos músculos faciales hipotónicos.
Suele utilizarse el contacto físico para realizarlos, aunque el uso de los masajeadores eléctricos también se contempla.
No podemos olvidar el uso de cremas hidratantes adecuadas al tipo de piel del alumno.
Las sesiones de masajes pasivos faciales precisan de un entorno silencioso y de música y/o vídeos relajantes (en Youtube podemos encontrar una gran variedad).
Y ahora….. A PONERLO EN PRÁCTICA!!!!